El Banco Central (BCRA) reportó en las dos semanas previas a las elecciones primarias un nivel de venta de reservas 78% inferior al que efectivamente debió concretar para mantener el precario equilibrio que muestra desde hace largas semanas la plaza cambiaria. El objetivo: evitar que un ajuste mayor en el dólar oficial recreara el temor a una brusca devaluación del peso, en un contexto enrarecido al reabrirse la guerra de monedas por el ajuste que aplicó China al yuan.
La entidad que conduce Alejandro Vanoli hizo trascender a la prensa que se había desprendido de US$ 575 millones cuando, en realidad, debió vender US$ 1021 millones, es decir, un monto 78% superior.
La jugada quedó a la vista al actualizarse ayer las cifras del informe monetario al viernes previo a las PASO del domingo último.
Allí en un archivo Excel que da constancia de los movimientos puede observarse que en la última semana de julio tuvo intervenciones en la plaza cambiaria con un saldo deficitario total de US$ 384 millones, cuando inicialmente había reportado salidas por US$ 185 millones bajo ese concepto.
Una semana después repitió la maniobra: dejó trascender ventas por US$ 390 millones cuando, en realidad, tuvo que liquidar US$ 637 millones de las reservas.
El desvío entre los datos que deja trascender y los movimientos reales no es usual y sugiere un intento de manejo de las expectativas "algo burdo y que muestra la incomodidad que el propio BCRA tiene con la situación que enfrenta", dijo Pedro Rabassa, de la consultora Empiria.
Cada jornada hábil, cumplido el horario bancario, el BCRA reporta a los medios el saldo de sus intervenciones en la plaza cambiaria. Es positivo cuando compra más de lo que vende, negativo cuando vende más que lo que compra y neutro cuando el balance de salidas y entradas es equilibrado. Es el dato que, minutos después, reflejan los portales de Internet.
En las últimas semanas, conforme la entidad dejó el lado comprador del mostrador y debió ubicarse del mucho más incómodo lado vendedor (al terminar la temporada de liquidaciones sojeras), los datos que hizo trascender llamaban la atención del mercado por las notables diferencias que registraban los privados que operan en la plaza cambiaria.
La propia planilla oficial mostró ayer que los desconfiados tenían razón. En apenas dos semanas, tuvo que desprenderse de un monto equivalente al 3% de las reservas contables que declara a diario (ubicadas en torno de los 33.650 millones, considerando los préstamos tomados con China, los pagos de deuda postergados por decisión judicial, los dólares de terceros que aportó el blanqueo -y tienen una contrapartida en Cedin-, etc.) y entre 4,5 y 6% del total neto que va de los US$ 16.000 millones a los US$ 22.000 millones, según se consideren los encajes por depósitos bancarios en divisas o se prescinda de ellos para el cómputo.
Desde la entidad desmintieron que el notable desvío en las cifras tenga intencionalidad. "El BCRA informa de manera extraoficial y provisional la intervención de cada día, en tanto pueda tener impacto en reservas. Hay operaciones que son neutras y que no se incluyen en esa información transmitida inmediatamente después del cierre del mercado. Pero el dato relevante es el de reservas, donde no hay variaciones significativas en esas semanas entre la información provisional y la definitiva", respondieron ayer ante la consulta de LA NACION.
La estabilidad a que alude la respuesta oficial tiene su explicación en el equivalente a US$ 750 millones que se incorporaron a las reservas bajo el rubro "otros". Es la columna del Excel que suele reflejar la progresiva incorporación de yuanes que apunta a tapar el drenaje de dólares.
Los economistas creen que la jugada fue intencional. "Este gobierno cree que lo que no se nombra no existe. Por eso, el ministro Kicillof pide no hablar de atraso cambiario o informa un superávit de comercio exterior aunque la propia base de datos del Indec marque ya déficit", advirtió Lorenzo Sigaut Gravina, de la consultora Ecolatina. "Lo que buscaron tapar es que el nivel de ventas de reservas ya es similar al que, en su momento, obligó a Fábrega a devaluar", opinó su colega Federico Muñoz.
Fuente: la Nación