Monseñor Marcelo Colombo emitió una carta sobre los acontecimientos vividos en Famatina. Sostiene que "la violencia en cualquiera de sus formas daña la comunidad política que constituimos y nos debilita como sociedad, engendrando mayores males que es preciso detener a partir del diálogo y el ejercicio de la responsabilidad política de todos los sectores".
En el contexto de lo sucedido, "pidió a las autoridades que se implementen aquellas medidas que salvaguarden efectivamente la seguridad de la población afectada por el conflicto".
"La cuestión de la preservación del agua no debiera considerarse un problema de Famatina y sus pobladores. Es una causa de todos los riojanos. Lo sucedido en Jáchal, en la hermana provincia de San Juan tendría que ayudarnos en la toma de decisiones razonables sobre la utilización de los cursos de agua. A la escasez crónica de agua que nos afecta, podríamos agravarla dramáticamente a partir de su eventual envenenamiento por contaminación. No hay desarrollo posible en el futuro para esta provincia sin cuidar el agua que es vital para nuestra vida. ¡Nosotros somos esa agua! ", opinó.
La Carta del Obispo
Ante los recientes sucesos acontecidos en la localidad de Angulos, del Departamento Famatina, deseo manifestar mi profundo dolor y preocupación. La violencia en cualquiera de sus formas daña la comunidad política que constituimos y nos debilita como sociedad, engendrando mayores males que es preciso detener a partir del diálogo y el ejercicio de la responsabilidad política de todos los sectores.
En el contexto de lo sucedido, pido a las autoridades que se implementen aquellas medidas que salvaguarden efectivamente la seguridad de la población afectada por el conflicto. Recientemente en ocasión del Día de Oración por el cuidado de la Creación manifesté:
“Toda decisión que comprometa la vida común a partir de una obra pública, un emprendimiento empresario o alguna forma de inversión productiva, requiere la reflexión de la sociedad que debe dar su parecer a través de consultas oportunamente efectuadas.”
La cuestión de la preservación del agua no debiera considerarse un “problema de Famatina” y sus pobladores. Es una causa de todos los riojanos. Lo sucedido en Jáchal, en la hermana provincia de San Juan tendría que ayudarnos en la toma de decisiones razonables sobre la utilización de los cursos de agua. A la escasez crónica de agua que nos afecta, podríamos agravarla dramáticamente a partir de su eventual envenenamiento por contaminación. No hay desarrollo posible en el futuro para esta provincia sin cuidar el agua que es vital para nuestra vida. ¡Nosotros somos esa agua!
Concluyo con las palabras del Papa Francisco en el 2do encuentro de movimientos populares que tuvo lugar en Bolivia en el pasado mes de julio:
“No se puede permitir que ciertos intereses –que son globales pero no universales– se impongan, sometan a los Estados y organismos internacionales, y continúen destruyendo la creación. Los pueblos y sus movimientos están llamados a clamar, a movilizarse, a exigir –pacífica pero tenazmente– la adopción urgente de medidas apropiadas. “
El Niño Jesús de Gualco, nuestro Niño Alcalde y buen Pastor nos ayude en la consecución trabajosa pero siempre apasionante del bien común.
La Rioja, 15 de octubre de 2015.