La Dirección de Recursos Humanos del Senado de la Nación ha procedido a dar de baja al personal de planta temporaria que trabajaba bajo la supervisión del ex senador Edgardo Kueider, quien fue expulsado del cuerpo legislativo en diciembre pasado. Esta medida, que afecta a un total de 13 empleados, fue formalizada mediante un decreto firmado por la vicepresidenta y presidenta de la Cámara alta, Victoria Villarruel.
Esta decisión se enmarca dentro de la normativa del Senado, donde los empleados temporarios ocupan sus cargos únicamente durante el mandato del legislador al que asisten. Con la expulsión de Kueider, se hizo efectiva la baja del personal a su cargo.
Kueider, ex senador por Entre Ríos, fue removido de su posición después de ser detenido en Paraguay el 4 de diciembre de 2023 con 200.000 dólares en efectivo sin declarar. En la actualidad, se encuentra bajo prisión domiciliaria en Asunción, junto a su pareja, Iara Guinsel Costa.
En el decreto que formaliza la baja del personal, se menciona la “inhabilidad moral sobreviniente” de Kueider, consecuencia de los hechos públicos que llevaron a su detención y posterior expulsión del Senado.
### Repercusiones de la expulsión
La salida de Kueider provocó un fuerte impacto en el Senado y resonó incluso en la Casa Rosada. El ex senador mantenía vínculos cercanos con el poder central y había votado en varias ocasiones alineado con el oficialismo durante 2023.
La vacante generada por su expulsión corresponde al interbloque peronista liderado por José Mayans (Formosa), dado que Kueider había ingresado al Senado en 2019 por el Frente de Todos.
Este episodio no solo pone de manifiesto las tensiones internas dentro del bloque oficialista, sino que también resalta las implicaciones políticas y administrativas derivadas de la expulsión de un legislador.
Con la salida de Kueider, su banca queda disponible para ser asignada al interbloque peronista, lo que podría modificar el equilibrio actual en el Senado. Mientras tanto, el ex senador enfrenta un panorama incierto tanto en lo judicial como en lo político, tras un escándalo que ha manchado su trayectoria y generado un sismo institucional.
La baja del personal temporario asociado a Kueider marca el cierre de este capítulo, pero las repercusiones de su expulsión seguirán resonando en el Senado y en la política argentina durante los próximos meses.