Escribe: Valentina Urus
A sus 95 años de edad falleció Hermes Quintana, reconocido artista de Chilecito, La Rioja, que inmortalizó la historia regional a través de su arte, innovando en los primeros aspectos fílmicos de la región. Hernán Ocampos es en la actualidad unas de las principales figuras que se encargaron de recuperar y digitalizar su obra.
Hermes Quintana nació en Córdoba y emigró a Chilecito a sus jóvenes 20 años. Llegó con sus oficios de relojero y fotógrafo, pero de a poco empezó a conectar con el alma del pueblo y tiempo más tarde inmortalizarlo en sus obras. Escultura, pintura, fotografía y cine fueron las principales artes por las que se interesaría. Siendo completamente innovador con el cine, en épocas en donde apenas estaba empezando a surgir, fue que Hermes Quintana construyó un valor icónico e histórico para Chilecito en una serie de filmaciones que guardan el latido de un pueblo a través de su lente maestra.
En la plástica fue que realizó bustos para los lugares más icónicos de Chilecito, como la municipalidad y algunas escuelas. También se encargó de ilustrar varios libros de escritores riojanos y el Tedeum de Monseñor Eduardo María Taussig, obispo de Mendoza. En varias provincias del país, pero también en el exterior fue que realizó exposiciones colectivas e individuales en materia de pintura.
Su sensibilidad a la hora de conectarse con el arte visual y poético fue lo que lo armó de unos dotes extraordinarios en los momentos de adentrarse de lleno al mundo fílmico. Se consta que a lo largo de su vida filmó 14 películas, entre ellas: El Algarrobo: Fruto de la Tierra, El Carbón, Niño de Gualco, Talampaya, Valle de la Luna, Laguna Brava, El Médico de la Cuchilla, El Promesante, Cacería de Guanacos, La Guerra y la Paz, Virgen de Andacollo, La Escuelita de los Cerros, Escalada al Famatina y Entrega de Bandera a Gendarmería Nacional. Todas ellas fueron recuperadas y digitalizadas por el cineasta Hernán Ocampos.
“Siento que con Hermes nos conectó el cine, pero también la curiosidad autodidacta de aprender todo por nuestra cuenta: investigando e investigando. Mi abuelo era un gran amigo de Hermes, incluso trabajaron juntos en sus películas, porque mi abuelo las escribía. Hacían un gran equipo juntos y años más tarde me uní yo programando, recuperando y digitalizando el material. Me emocionó mucho ver, por ejemplo, El algarrobo y su calidad cinematográfica que tiene en cuanto a relato y producción. Una gran construcción de sentido en cuanto a el patrimonio cultural y las costumbres de los lugares que surgió a partir de un relato de mi abuelo” comentó el cineasta a La Red.
En las películas de Hermes Quintana quedaron imágenes de lugares, generaciones pasadas, tradiciones y fiestas, en un ensamble perfecto entre paisajes montañosos, resguardando la identidad de una Rioja virgen en cuestión de documentales. Es por eso que es tan importante rescatar su obra para la memoria de nuestra provincia; rescatando hechos históricos, lugares, costumbres de antaño, personajes y artistas.
“Hace muchos años viene siendo homenajeando, pero no sé porque con respecto a lo de las películas no lo fue tanto. Siempre desde el lado de la pintura y su quehacer. Yo me había quedado con esa idea de recuperar sus películas, pero no sabía que eran 14 que eran tantas. Me puse en contacto con él después de mucho tiempo sin vernos y ahora con toda esta tecnología nueva para restaurar films me puse en marcha con eso. Es toda una labor archivística que permite restaurar los documentos para preservarlos digitalmente”, dijo Ocampos.
“Lance el proyecto en varios festivales y demás hasta que quedó en la Dirección de Cine y fue financiado por ahí. Una vez que el proyecto fue recibido empezamos a trabajar con Hermes y ahí descubrí que había más y más cosas. Ahí te das cuenta de que Hermes también era un gran archivista porque tenía todo meticulosamente ordenado, con fechas y demás. Hay muchas películas incluso que no las pudo terminar, pero están, o que pudimos terminar juntos. Por ejemplo, la película La Escuelita de los Cerros estaba por la mitad y gracias a que encontramos textos que eran de mi abuelo le pudimos dar el cierre que se merece. Fue fascinante porque tomé el lugar de mi abuelo en ese momento. También en otros casos encontramos el archivo original del audio y eso me maravilló totalmente, se escuchaba muy bien y pudimos mejorar muchísimo el sonido de la película. Queda mucho trabajo por hacer de la parte archivista y estoy muy agradecido que me haya tocado vivir todo esto. Es una pasión enorme”, recuerda Hernán con nostalgia.
Con lo que respecta al acceso de las películas de Hermes se las pueden ver en diferentes centros culturales donde son proyectadas para que todos puedan conocer el trabajo cinematográfico del artista y también de paso, conocer la historia riojana: “Es super importante todo esto porque rescata la memoria, la cultura y la antropología de nuestra provincia. Por el momento las películas de Hermes están siendo proyectadas en diferentes centros culturales. En la cinemateca de Chile también ya se están empezando a subir todos estos archivos. Los investigadores también están empezando a poder acceder para consultar y demás, y de a poquito se va a ir accediendo más y más. Yo tengo muchas ganas de que tengamos un acceso web de todo esto más adelante.” dijo Hernán.
Al trazar la genealogía fílmica de Quintana es imposible no pensar la relación con sus otras vocaciones artísticas. Porque pensar en las obras de este artista es pensarlo en un conjunto que todo tiene que ver con todo: su interés por los temas regionales y antropológicos fue que lo convirtieron en un gran representante de la memoria. Su pasión por las artes, por la poesía, la música y la pintura fue lo que lo dotó de gran sensibilidad a la hora registrar en su lente las maravillas de nuestra provincia.
“Hermes era un entendido de muchos aspectos del arte, muy interesado en todo. Esto en parte tiene que ver con ser autodidacta y tener curiosidad. Hay gente que se especializa en una sola cosa y está perfecto, pero siento que el arte de Hermes debe ser pensado en todo su conjunto: ser escultor y pintor lo ayudó mucho en la poética que logró en el cine, por ejemplo. Hay que pensarlo en todo su conjunto”, reflexionó Ocampos y agregó: “En sus films te das cuenta de que era un poeta muy sensible, muy creativo, además, porque nunca copio nada de nadie, sino que se dejaba volar a la hora de filmar.