Cris Miró, la primera vedette trans

Cuando en el mundo parecía no haber espacio para las mujeres trans y travestis apareció ella. Con una altura interminable, unos rizos negros como la noche y una mirada hipnótica. Cris Miró conquistó la televisión argentina de los ´90.

Arte: Nico Urus, Radio La Red
 Su interrupción en el mundo del espectáculo fue fugaz, pero alcanzó para romper una brecha histórica con respecto a la invisibilización de la Comunidad Travesti y Trans. Cris Miró fue la primera travesti en ser amada masivamente por el público argentino, y gracias a su imponente imagen logró protagonizar obras teatrales en la calle Corrientes. En 1995 fue considerada la Vedette del Año, aunque en su DNI decía que era un hombre. Cris Miró fue una de las figuras más emblemáticas de los ´90 .

Nació un 16 de septiembre de 1965 en el barrio porteño de Belgrano y en una sociedad donde las personas disidentes parecían no existir. Camila Sosa Villada, escritora travesti, escribía en su novela Las Malas: "Yo tenía trece años apenas, todavía no comprendía lo que pasaba dentro de mí, no podía ponerle palabras a nada de eso. Y entonces apareció Cris Miró en la televisión. En los programas más importantes de esos años. Cris se sentó en los sillones más caros de la pantalla, con las conductoras más rubias, más bobas, más conservadoras del momento. Y era la más bella. (...) Yo asistí a su aparición siendo un niño todavía y pensé: ´Yo también quiero ser así´". 

En 1995 fue considerada la Vedette del Año, aunque en su DNI decía que era un hombre.

Cris Miró interrumpió las pantallas de la televisión cuando la representación de lo disidente no existía. El mundo comenzaba a percatarse de la existencia de las travestis, cuando las noches porteñas se iluminaban con una belleza distinguida y con una voz grave, que escapaba del común de personas que eran visibilizadas en la televisión de aquellos años. 



Cuando se encontraba en la cúspide de su carrera, cuando comenzaron sus problemas de salud, y tras varios años en donde estuvo internada en distintas ocasiones y con tratamientos ambulatorios, Cris falleció una tarde de invierno de 1999, causando sorpresa y conmoción en el país entero. 

Según lo que había trascendido en aquel entonces, las causas de su muerte fueron por demás variadas y alimentaron un sin fin de rumores. En ese momento se rumoreaba fuertemente que era portadora de HIV+ y que la enfermedad del SIDA la había matado, sin embargo, el silencio de los médicos que la atendieron se sumaron las versiones de sus familiares y amigos, quienes afirmaron que fue un cáncer linfático lo que había matado a la artista. 



Por aquellos días la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) comenzaba a reconocer la brecha abierta por la travesti. "Cris Miró sufrió la peor de las enfermedades: la discriminación. Sin embargo tuvo la valentía de ser una persona que se enfrentó públicamente a la intolerancia, desde su trabajo y su arte", destacaron desde el organismo.

Cris reivindicó la libertad sexual y de género en una sociedad donde todo eso no existía. Luchó para ser reconocida como persona. Nunca le gustaron las etiquetas, ella decidió ser recordada como artista: "Tengo claro que biológicamente nací hombre, no quiero ser una mujer, estoy totalmente conforme siendo travesti y tampoco creo que sea una mujer en un cuerpo de hombre, yo soy como soy y de esa manera soy feliz", decía la vedette en una entrevista.