En este sentido, los feriantes expresaron a La Red que “no vendemos casi nada y es mucho lo que nos incrementaron. Además, vienen temprano cuando casi no tenemos dinero”.
“Aparte de pagar la tasa, tenemos que pagar el combustible para nuestro traslado, el desayuno, etc. y lo que uno lleva a la casa es solamente 1000 1200 pesos. Los números no cierran”, reflexionaron con dolor.
El coordinador de la Feria, Nicolás Ríos, sostuvo que “hablamos con los concejales, pero lo ideal sería una reunión concreta, porque los feriantes no entienden lo de las tasas”, y al mismo tiempo, comentó que “se nota la ausencia de los puestos, porque ahora lo piensan se les conviene venir o no”.
“Esto afecta al pequeño emprendedor. Es gente que vive el día a día y les resulta muy difícil”, opinó Nicolás.
“lo que nos explicaron es que dejó de ser una feria franca y ahora es transitoria, y que no la aplicaban por la pandemia. Ahora la comenzaron a aplicar, y eso el feriante no lo sabía”, describió.
Finalizando, explicó que “en mayo estábamos pagando 220 pesos, aumentó con la ordenanza a 440 pesos y hoy nos damos con el otro aumento, que es una tasa diferenciada, 720 para lo que venden productos comestibles y 900 pesos para los no comestibles”.
“Los feriantes no es que no quieren pagar, sino que quieren que sea una tasa razonable”, argumentó.
