La infancia es una de las etapas más importante en los seres humanos, donde cada nombre de las cosas que nos rodean, cada acción realizada cobra un significado profundo al momento de crecer. Sin embargo, existen cuestiones aprendidas en esta etapa, que, desde hace un tiempo, requieren de un replanteamiento, sobre todo lo referido al género.
La directora del Jardín n0 69, del barrio Urbano n0 40, María Soledad Dávalos, desde su rol educadora y formadora consiente de la situación, en diálogo con La Red, reflexionó sobre la desconstrucción de estereotipos de género y resaltó que “hoy hay que manejar un paradigma donde los juguetes no tienen género. No hay juguetes de varones ni juguetes de nenas. Hay distintos sectores de juegos, en donde nosotros como docentes, habilitamos esa inmersión dentro de esos sectores y cada uno puede jugar a lo que quiera”.
“Hay Niños que juegan a cocinar en el hogar, niñas que juegan a ser mecánicas, tareas que, en la vida real, si están cada vez más presentes”. A su vez la docente destacó que “el juguete no carga una sexualidad, ni tampoco porque ellos jueguen a ciertas cosas van a ir marcando su elección sexual”.
Si el varón quiere cocinar, usar las tasitas y ser el anfitrión dentro de un juego de visitas en un sector del hogar, claro que lo puede hacer. Cuántas veces vemos los mozos, que el papa le sirve a la mama o vemos un amigo que nos sirve un café. Un juguete no implica un género. Igual que una mujer que es mecánica, entonces las chicas pueden jugar porque no, ser albañiles, a arreglar una mesa, a poder jugar con autitos, porque son juguetes.
En este sentido, la maestra y directora comentó que “el rol del juego en la educación infantil es de gran relevancia al momento de ser un espejo de las acciones que niños y niñas vivencian, a tal punto que el docente jardinero, presente en el campo de juego, logre identificar, registrar y comunicar a los directivos algún comportamiento inusual o sexual, para tomar medidas”.
A través del juego, se desarrollan muchísimas habilidades, sociales, educativas, conceptuales, di cognitivas, es importante que habilitemos esos espacios de juego porque los chicos necesitan decir muchas cosas y a través de la palabra no le da.
Por otro lado, frente a un contexto donde el niño comienza asimilar conductas propias de los espacios del adulto Dávalos indicó que “la infancia está viviendo un tiempo de quiebre distinto, ´adultizando´ en ciertos modos agresivos también”, el trabajo del jardín toma el rol de trabajar en conjunto con las familias, desde el respeto hacia la misma.
“Desde nuestro lugar, debemos evitar juzgar a las familias, se busca acompañar en la crianza y mejorar esos modos que tienden a propender a esa formación de un ciudadano”, agregó la maestra.
Asimismo, resaltó el trabajo que se propone en los equipos de gestión. “Se espera afianzar la relación de valores entre la institución familiar y la educativa con una estrategia de reuniones y talleres con padres, para explicar las medidas de concientización, sensibilización , respecto a la Educación Sexual Integral ( ESI).
“El jardín tiene que acompañar con talleres, sensibilización, con videos, con también palabras de ternura”.
