El Día Internacional de la Alfabetización se celebra en todo el mundo cada 8 de septiembre desde hace 55 años. Establecido por la Unesco en 1867, nos invita a apoyar la defensa de la alfabetización como herramienta de liberación, dignidad y promoción de derechos humanos, donde el derecho a la educación sea una realidad tangible.
Alrededor del mundo, más de 773 millones de adultos no poseen las competencias básicas de lectoescritura. En América Latina cerca de 28 millones de jóvenes de más de 15 años son analfabetos, la mayoría de ellos viven en zonas rurales, donde el 12,8% de la población es analfabeta. La información es obtenida a través del informe “La encrucijada de la educación en América Latina y el Cáribe - Informe regional de monitoreo ODS4-Educación 2030”, de la Unesco, Unicef y Cepal.
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Radio La Red dialogó con la alfabetizadora Cristina Moras y Alba Pereyra Lanzillotto, docente especializada en Educación Popular, sobre la importancia de la alfabetización como herramienta de liberación en las personas.
Alfabetización como participación del sujeto en la cultura
El concepto de alfabetización ha ido evolucionando a la par de la sociedad y con el correr del tiempo. La alfabetizadora Cristina Moras explicó a La Red que originalmente, el leer y escribir era un saber reservado a unos pocos, y se hacía hincapié en la capacidad de leer en voz alta, sin incluir la comprensión de lo leído. En aquel entonces, se encaraba una alfabetización sistematizada, enseñando el alfabeto de manera memorística.
En el siglo XIX aparecen los sistemas nacionales de escolarización y la alfabetización aparece como uno de los ejes de la educación, cuando los estados se plantean la necesidad de instruir al ciudadano, surgiendo además la enseñanza de la lectura y la escritura. Paralelamente, se va poniendo foco en la posibilidad de “leer sin oralizar, incorporando fuertemente la comprensión”, indicó Moras.
La especialista asegura, en este sentido, que de algún modo la alfabetización estuvo atravesada por tensiones que exceden el ser específico: “Tiene que ver con el proyecto de sociedad, democratizar el acceso a los bienes culturales y formar mano de obra en función de las necesidad de unos pocos”.
En nuestra actualidad, el concepto es más amplio y habla de “la posibilidad de garantizar o posibilitar el acceso a la cultura escrita”. Pensemos en las inmensas posibilidades que nos quedarían ajenas si no tuviéramos la habilidad de leer y escribir. Pero la especialista va más allá, haciendo referencia al patrimonio de la cultura universal: “Pensando el acceso no solamente como la posibilidad de ser espectador sino también de producir contenido, es decir, la participación integral. No tiene que ver solamente con el manejo del código, sino también con la comprensión y producción de textos y herramientas que son fundamentales para una participación plena”.
Romper el silencio: La alfabetización desde la mirada de Paulo Freire
Paulo Freire ha sido un educador y pedagogo brasilero que nació el 19 de octubre de 1921. Fue uno de los más importantes e influyentes impulsores de la educación popular en América Latina. Alba Pereyra Lanzillotto en diálogo con Radio La Red lo definió como una persona con una enorme curiosidad para conocer el mundo que lo rodeaba.
En el diálogo que tuvo con campesinos y trabajadores explotados, comenzó a preocuparse por las miles de personas que no estaban alfabetizadas y que no habían tenido la posibilidad de ir a la escuela: "Estaban enajenadas de ese derecho, porque para acceder a él necesitaban alfabetizarse, es decir, conocer la lectoescritura", indicó Pereyra. En ese movimiento de culturas, se conecta con ellos y comienza a realizar un intercambio: “Si bien su primer intento de alfabetizar fue con un método tradicional, enseguida se dio cuenta que para alfabetizar había que conocer la realidad cotidiana de los campesinos y de las personas”.
“Lo hace a través de un diálogo con ciertos significantes de su vida cotidiana, preguntándoles qué hacen, qué sienten, cómo está compuesta su familia, qué tienen, qué les hace falta, qué se les fue negado; y poniendo énfasis en sus intereses; y el interés provenía de su vida cotidiana, por eso la primera palabra que aparece en su método es ladrillo, que es un elemento básico de los albañiles”, continuó.
A partir de ahí construye no sólo un método de lectoescritura, sino también un método de concientización, porque van reflexionando sobre lo que les pasa en la vida, lo que sienten, cuáles son sus derechos, cómo es su trabajo, por qué son oprimidos: “Para Freire, la alfabetización es concientización y sensibilización, tener conciencia de quienes son, su identidad y la opresión que sufren. Una concientización para actuar y liberarse”.
De esta forma, cuando alguien comienza a poner en palabras aquello que vive y siente, se da la libertad a la que hacía referencia Freire: “Al hacerlo, transforma su mundo y rompe el silencio”, explicó la especialista, y continuó: “Para ese diálogo es necesario comprender que la lectura del mundo antecede a la palabra, es decir, aquello que sienten, tienen, lo que han construido, esa es su propia lectura del mundo que se transforma en palabra cuando la pueden expresar”.
Alfabetización en la actualidad: ¿Cómo se dan los procesos de aprendizaje?
En cuanto al analfabetismo en nuestro país, los últimos datos estadísticos provienen del Censo Nacional 2010, que arroja una cifra del 1,92% de la población total de aquel entonces. En este sentido, Cristina Moras indicó que: “Personas analfabetas hay muchas, mucho más de los que están oficialmente reconocidas”. indicó, y sumó: “Esta situación es fruto, según mí perspectiva, de un problema grave que sigue vigente con los métodos de enseñanza”.
“Lo que observamos quienes trabajamos con adultos y chicos con sobreedad que no saben leer y escribir es que muchas veces las actividades que se les propone tienen que ver más con copiar del pizarrón sin entender lo que están escribiendo”, sumó.
En este sentido, se dio lugar a un método que es el Principio Alfabético, el cual consiste en descubrir cómo funciona el sistema alfabético: “Si no conozco este principio no podremos escribir nuevas palabras salvo algunas que sepamos de memoria”, indicó la alfabetizadora, y añadió: “La experiencia nos muestra que la mayoría de los chicos pueden aprender rápidamente si se les explica cómo funciona el trabajo de entender que las letras representan sonidos que están en el habla y que si pienso en los sonidos, tomó conciencia de ellos y aprendo con qué letra se representan, puedo aprender rápidamente a leer y a escribir, ese es el manejo del código, es la llave".
Para sintetizar, nuestro sistema de escritura tiene un funcionamiento que tiene que ver con el principio alfabético, las letras representan un sonido de las palabras que pronunciamos: “Para que un niño tome conciencia del principio alfabético y los sonidos, se utiliza sobre todo el juego, rimas: eso favorece que tomen conciencia de los sonidos”.
Cuando se trata de adultos, la especialista indicó que: “En La Rioja, cuando le pregunto a los adultos qué saben escribir, la mayoría escriben su nombre y algunas palabras que tienen la características de ser palabras sueltas: Oso, papá, mamá. Que no son de su uso cotidiano, pero que las aprendieron de memoria como si fuese un dibujo”.
Otra característica que presentan las personas analfabetas es que saben y reconocen el nombre de las letras, pero aún así no pueden leer, “porque no saben que las letras representan un sonido. Eso descubrí con los adultos que crucé acá, entonces los ayudo a pensar cómo suenan las letras, haciendo ejercicios de escritura donde mientras escribimos voy pronunciando los sonidos”, dijo, y agregó: “Varias veces me miraban con felicidad y bronca a la vez, como preguntándose ‘¿cómo nunca nadie me explicó esto?’”.
“Lo que tenemos que hacer es ayudarlos a que desactive esa conexión entre el dibujo de la letra y su nombre y que empiece a pensar en cómo suena”, sumó.
La Unesco estableció el Día de la Alfabetización para reflexionar y promover el derecho a la educación y afrontar los desafíos en contra del analfabetismo. En este sentido, Moras reflexionó que: “El analfabetismo afecta a todo el sistema educativo y todas las posibilidades que tienen los chicos de incluirse en el sistema, en la sociedad y en la participación democrática .Ser analfabetos nos pone realmente en una situación de extrema vulnerabilidad. Afecta la vida social en todas sus dimensiones: el acceso a la salud, la comprensión, la vida democrática. Es infinita la exclusión”.